Escribo este post, que probablemente sea el último del año 2.019, para comunicar lo siguiente: he abandonado Bulgaria.
El 20 de diciembre abandoné Sofía con 5 maletas y aterricé en Madrid, ciudad en la que me estableceré a partir de ahora. Los motivos que me han llevado a tomar esta decisión son varios: familiares, laborales y personales. No siempre hay una razón aunque en mi caso particular los motivos personales son los que más peso han tenido.
Llegué a Sofía en septiembre de 2.016 con muchas ganas y proyectos. Estaba en 4º curso de la universidad, era estudiante de erasmus y casi desde el principio de mi estancia tuve que claro que un año me sabría a poco y que no sería suficiente para empaparme de la cultura del país y para perfeccionar el idioma.
Fue esa la razón por la que busqué trabajo, primero en un call center, y más adelante, en el Instituto Cervantes de Sofía. Ha sido mucha la gente, incluído yo mismo, que pensaban que no había marcha atrás y que mi estancia en Bulgaria sería ya definitiva.
Nada es eterno en este mundo y aunque esta decisión me ha llevado muchos quebraderos de cabeza, en parte por la estabilidad que dejo atrás y por la aventura que supone encontrar trabajo en uno de los paises con mayor precariedad laboral y desempleo de Europa, tengo ilusión y ganas de vivir en España.
Finalmente tomé la decisión y aquí estoy, escribiendo desde el barrio madrileño de Legazpi. Son varias las personas que, atónitas tras conocer la noticia de mi marcha, me han preguntado: ¿y el blog qué? El blog evidentemente continuará. Bien es posible que ralentice un poco las publicaciones, porque ahora me espera una etapa un poco complicada de asentamiento, búsqueda de empleo y piso, pero evidentemente continuará. El blog nació cuando vivía en España, por lo que el hecho de que abandone Bulgaria no va a afectar a su continuación. Posiblemente afecte al contenido, ya que estando fuera de Bulgaria no voy a poder escribir de experiencias o viajes por el país, pero la literatura, la poesía y la cultura búlgaras, seguirán conmigo vaya donde vaya.
Una semana antes de coger ese avión pasé por la librería български книжици y me compré unos 20 libros, que, sumados a otro tanto que ya tenía, me he traído a España. Mi compromiso con la poesía en general y con la poesía búlgara en particular no va a irse a la mierda de la noche a la mañana. Forma parte de mí. Por lo que, esté donde esté, seguiré leyendo, traduciendo y escribiendo.
Gracias a mis amigos y a mi familia, quienes me han apoyado en todo; tanto como cuando decidí estudiar un idioma poco perspectivo y de un país desconocido que les era totalmente ajeno, como cuando decidí quedarme viviendo en Bulgaria.
Gracias también a la Asociación de Periodistas Hispanohablantes de Bulgaria, que destacaron la labor de mi blog en dos ocasiones, en especial a su ex-Presidenta Kadrinka Kadrinova. Gracias a todas las hispanistas y poetas búlgaras que he conocido a lo largo de estos años y que sé que valoran mi trabajo, en especial a Liliana Tabakova, Rada Panchovska y Zhivka Baltadzhieva.
Con Vladimir Sabourin |
Con los poetas búlgaros Kiril Vasilev y Cristina Vasileva |
Gracias también a mis amigos de Sofía: a Borís, a Liubomir, a Yordan, a Zaira y a Álvaro, quienes me prestaron mucho apoyo emocional y me animaron a hacer lo que sentía que tenía que hacer.
Gracias también a mis camaradas de los colectivos джендър sofiotas: a los anarquistas, transfeministas y travestorros de Фабрика Автономия, ЛевФем и асамблея за земята и хората. Gracias por vuestra labor, por vuestro activismo, por vuestra resistencia. En especial gracias a Meta, Viktor, Kristina y Darina.
Пияни драг кралици и млади леви активистки обсъждат консервативния завой на БСП и истерията относно Истанбулската Конвенция. София, афтърпрайд парти, юни 2019 г. |
Un abrazo muy fuerte a todos. Nos vemos por Madriz.
Hola, Marco. No te discuples, que nadie te va a culpar por tomar tus decisiones personales, y no debes ninguna explicación. Tú ya has hecho muchísimo por popularizar la cultura búlgara y te has adentrado en ella con gran amor y respeto, lo sabemos y te seguiremos leyendo con mucho gusto, allá donde estés. Esto no es un adiós, es un hasta luego. Un abrazo y hasta siempre.
ResponderEliminarBianka Aleksandrova