Soy un hombre mayor, elegante
que le dice a su cuerpo: “No sufras,
que alguien habrá que
te quiera,
y quien no te quiera, con ese odio
odia,
pero, es probable, puedo dudar y creer
que es al revés: te quieren, pero se
avergüenzan
y escriben sobre mí historias que no
han pasado,
porque tienen celos de que mi cuerpo
fue besado,
y desean que enferme
para que ya no cante más, ni disfrute,
ni se encienda ni tiemble ni se
asombre,
y que se marchite
y se seque como un pez y muera
en este cálido enero”
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Un poema de Finogin, en español y en ruso
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