¿Por qué cuando una chica se maquilla
como una puerta está guapa, y cuando un chico se delinea los ojos de
negro es o un maricón, un gótico o un satánico? ¿por qué las
mujeres saludan a otras mujeres o a hombres con dos tiernos besos y
los chicos entre ellos lo hacen estrechando fuertemente sus manos, acompañado de una palmadita en el hombro, y derrochando así toda
la masculinidad posible?
Esa falacia de la masculinidad y la
feminidad. Esa reducción de la realidad a un simple binomio. Ese
inevitable encasillamiento en un simple, determinado y cerrado género
que se nos asigna al haberse comprobado lo que tenemos entre las
piernas.
Que el hecho de tener una raja o un
rabo decida cuál va a ser el color de nuestra ropa, como nos vamos a
desenvolver, con quién podremos follar tranquilamente y con quien lo
haremos a escondidas, si haremos las tareas domésticas o estaremos
tirados en el sillón, si estaremos en el bar viendo el fútbol o
aprendiendo a coser con la Tita Conchi, si jugaremos al fútbol o a
las muñecas... Todo eso no es más que la mentira del Género que se
nos impone violentamente nada más nacer.
Una Butch-Girl |
El propio término de género es
absurdo, pues pretende encasillar a todo el mundo en una u otra
sección, ordenando este caos, reduciendo y minimizando la amplia
realidad.
Como
argumentan los teóricos queer, la
diferencia de género es la que genera las desigualdades. Si bien a
un chico le acosan porque éste prefiera jugar con las niñas a las
muñecas que con los niños al fútbol, es porque se sobreentiende,
que por tener rabo, debe actuar de una determinada forma. Se
presupone de antemano que si tienes pene, la virilidad, la
masculinidad y la heterosexualidad estarán impregnadas en tu
personalidad. Cualquier desviación de ello debe ser sofocado lo más
pronto posible. Igual ocurre con las chicas. Si una niña es
clasificada como marimacho por tener el pelo corto, sentarse con las
piernas abiertas, jugar al fútbol y vestir con ropa ancha, será el
objeto de burla. Pero radicando en el problema, éste no es porque
esa chica sea una bollera en potencia o porque ese chico no juegue al
fútbol, sino porque cada uno tiene un género asignado a
priori al cuál están desafiando. Un género inmutable
e inalienable.
El
problema radica en que la sociedad presupone la heterosexualidad de
todas las personas, como si las sexualidad fuera un campo
estrictamente cerrado, y pretende encasillar a todos bajo un género
acorde a su sexo.
Cuando
no se presuponga ni la heterosexualidad ni un determinado género, y
en consecuencia deshagamos, desmontemos y
dinamitemos el género
que produce esta sociedad heteronormativa y heteropatriarcal, la intolerancia respecto a la condición sexual y expresión social de la persona será absurda, y en
consecuencia, desaparecerá.
Las activistas y escritoras queer Beatriz Preciado y Virginie Despentes |
Drag Kings |
Me encantó :D
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