Aleksandar Vutimski (Svoge, 1919 – 1943) fue un poeta búlgaro del siglo XX. Casi toda su familia se ve afectada por la enfermedad de la tuberculosis y siendo pequeño se muda a Sofía. Estudia Filología Clásica en la Universidad de Sofia. Es considerado uno de los poetas búlgaros más significativos pero menos conocidos. Su poesía está dedicada a la ciudad y al amor en la que domina una visión del mundo nostálgica y melancólica. Se encuentra entre los primeros autores búlgaros en tratar la homosexualidad y la estética en su obra. No logró publicar ningún manuscrito durante su corta vida aunque algunos de sus poemas fueron publicados en revistas literarias de la época como “zlatorog”. Ha sido objeto de estudio de numerosos críticos literarios búlgaros. Su poesía, prosa, así como sus ensayos sobre estética y moral, han sido publicados en diversas ocasiones en Bulgaria. Muere en 1943 en un sanatorio de Yugoslavia a la temprana edad de 24 años.
Стихове за едно момче
I
Момчето вървяло през старата тъмна гора.
От росата отдавна обущата станали сребърни.
То свирело с устни, говорело тихо с дърветата,
с ръце то докосвало тяхната златно-червена кора.
Птиците тихичко пеели скрити във тъмните клони,
момчето им махало тъжно с ръка, то било със перо върху шапката,
Гората се свършила привечер. Израснал голям хоризонт.
Пътувала стара каруца, с коне остарели и прашни.
Момчето се спряло на пътя, погледнало златния залез.
каруцата синя във здрача, мълчаливата тъмна гора.
С чело позлатено от слънцето, със очи пламтящи и алени,
момчето заплакало тихо и тъжно се стелело здрач.
II
Аз съм момчето, което пътува през тъмна гора.
Болно е слънцето, болен е въздуха, болни са птиците.
Тъй както и хилаво цветето, раснало някъде в мрак,
така е красиво и слабо момчето със тъмни зеници.
Аз не живея на слънце, аз дишам, аз раста в тъмнина.
Аз обичам полумрачните стаи, с пожълтели портрети и скриновe,
огледалото мое, отразило тъмнината, до стената;
ето котката - жител на мрака - е моят приятел любим.
Аз обичам големите, пустите кръчми, недостъпни за синьото слънце.
Аз бълнувах хоризонти във мораво, фенери, танцуващи в черно.
Аз съм луд, аз съм болен, заразен върху мене е въздуха.
Затвори се, голям хоризонт.. Затворете, затворете преддверията.
III
Момчето под стария, тъжен фенер се усмихва безпомощно.
Не докосвайте никога пръстите, нито очите му тъмни.
Ще проникне зараза във вашия кротък и радостен дом.
Ще презрете света, който пее и страда под слънцето.
Poemas a un muchacho
I
El muchacho estaba paseando por el viejo y oscuro bosque.
Del rocío sus botas hace tiempo que se cubrieron de plata.
Él iba silbando, con los árboles hablaba,
y con sus manos rozaba su corteza rojo-dorada.
Los pájaros silentemente cantaban escondidos entre las oscuras ramas,
el muchacho con tristeza les alzaba la mano, llevaba una pluma sobre su sombrero,
El bosque llegaba a su fin por la tarde. Un gran horizonte se expandió.
Una carroza viajaba junto a caballos viejos, cubiertos de polvo.
El muchacho se detuvo en el camino y miró el dorado atardecer.
La carroza azul en el crepúsculo; el bosque, oscuro y silencioso.
Con su frente dorada por el sol, con sus ojos en llamas y de color escarlata,
el muchacho se puso a llorar en silencio y la noche en tristeza aconteció.
II
Yo soy aquel muchacho que viaja por un oscuro bosque.
El sol está enfermo, el aire está enfermo, los pájaros están enfermos.
Tal como flor endeble, crecida en algún lugar a la oscuridad,
así de bello y débil es el muchacho de oscuras pupilas.
Yo no vivo al sol, yo respiro, yo crezco entre tinieblas.
Yo amo las habitaciones sombrías, aquellas con retratos y cómodas amarillentas,
mi espejo, aquél que reflejaba la oscuridad, junto a la pared;
a su lado el gato - el morador de las tinieblas - él es mi mejor compañero.
Yo amo las grandes y vacías tabernas, inaccesibles para el sol azul.
Yo deliraba horizontes morados, farolas bailando en lo negro.
Yo estoy loco, yo estoy enfermo, el aire sobre mí contagiado está.
Ciérrate, enorme horizonte… Cerrad, cerrad la antesala.
III
El muchacho bajo la vieja y triste farola sonríe con impotencia.
No toquéis nunca sus dedos, ni tampoco sus oscuros ojos.
Su contagio penetrará en vuestro tranquilo, feliz y apacible hogar.
Entonces despreciaréis el mundo, aquél que sufre y canta bajo el sol.
Más poemas de Aleksandar Vutimski:
- Poemas al muchacho azul
- Un poema de Alexander Vutimski en búlgaro y en español
- ¿Por qué? Un poema de Aleksandar Vutimski
Más poesía:
- Синьото момче се оглежда
- Dos poemas de Todor Stoyanov
- 3 poemas de Vladimir Sabourin
- Aycha Zaralíeva: diez poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario