¿Qué piensa de Bulgaria un andaluz que estudia el idioma?
Marco Vidal es un español apasionado de las lenguas eslavas, una de las cuales es el búlgaro.
Ha viajado varias veces a Bulgaria y sabe muy bien lo que le gusta y
lo que no, las diferencias que encuentra y sus sitios favoritos, entre
los cuales destaca Veliko Turnovo.
Me encanta que cada vez haya más gente enamorada de este país. Hoy te invito a conocerle mediante esta entrevista, empecemos. :)
- ¿Quién es Marco Vidal?
Soy estudiante de Lenguas Modernas y sus Literaturas
en la Universidad de Granada, nací en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) en
1995 y he vivido hasta ahora en Sanlúcar, Padul (Granada), Madrid y
actualmente en Granada. Tengo especial interés en las lenguas búlgara y checa, aunque también estudio ruso.
- ¿Cómo descubriste las lenguas eslavas y que te llamó la atención?
Un día, cuando tenía 12 años, estaba viendo en la televisión un
programa de adopciones en Rusia y narraba la historia de un matrimonio
que iba a Rusia a por su hijo. Mientras iban por una carretera, me fijé
en los letreros, vi unas letras “muy raras” y me llamó mucho la
atención. Por entonces en el trabajo de mi madre había una mujer rusa, y
ella empezó a hacerme apuntes. Más tarde empecé a ir a clases
particulares de ruso y estuve aprendiendo un poco pero todavía no sabía
nada del búlgaro ni de Bulgaria. Más tarde empecé la universidad en
Madrid y quería hacer lenguas eslavas: ruso como primera lengua, y una
segunda lengua eslava, que por entonces no tenía claro cuál. Tenías tres
opciones: polaco, eslovaco y búlgaro. La matrícula se hacía por
Internet y hubo un error y no aparecían ni eslovaco ni polaco, y la
única opción que me quedaba era búlgaro. Así que escogí búlgaro.
Recuerdo que a principio de curso estudiaba sin ganas, pero que muy pronto empezó a gustarme mucho, incluso mucho más que ruso.
Estuve durante meses estudiando vocabulario, empecé a ir a clases
extra, escuchaba música, empecé a curiosear por Internet todo acerca de
Bulgaria: quién gobierna, la corrupción, la pobreza, vídeos turísticos,
las principales ciudades, un poco de vuestra historia, la gastronomía,
el carácter… Aunque por entonces no podía tener una conversación fluida,
estaba totalmente volcado con una lengua que, 3 meses antes no sabía ni
ubicar en el mapa el país en el que se habla. Creo que lo que me atrajo
del búlgaro fue la fonética, cómo suena. Además que el hecho de empezar
a ver videos e imágenes de ciudades preciosas como Veliko Tárnovo y
Plovdiv, me llevaron a concentrarme en algo completamente desconocido.
Era como descubrir algo nuevo para mí que sin saber por qué, me
encantaba.
- ¿Conocías Bulgaria o algún búlgaro antes de empezar a estudiar?
Otro hecho importante que me llevó a volcarme con el búlgaro es precisamente que el mismo mes de empezar la universidad en Madrid, conocí a la primera búlgara: Petia.
Debajo de mi piso en el barrio madrileño de Legazpi, había (y hay) una
tienda que entre otras cosas vende aceitunas, y yo iba a menudo a la
tienda a comprar. La dependienta era (y es) una chica muy simpática, muy
alegre y aunque con un perfecto español, tenía un marcado acento
eslavo. Un día le pregunté que de dónde era y me dijo que era de
Bulgaria. Me sorprendí muchísimo, pero cuando le dije que yo estaba
estudiando su lengua, creo que ella se sorprendió aún más…
- ¿Cuánto tiempo llevas estudiando?
Dos años y tres meses.
- ¿Fue muy difícil?
Al principio bastante, porque mi nivel de ruso era elemental, y
empecé las dos lenguas en la universidad a la vez, y lo confundía todo.
En clase de ruso usaba palabras búlgaras, y en clase de búlgaro, hablaba
ruso. Diferenciar когда (en ruso) y кога (en búlgaro) en ese momento era una completa odisea. Poco a poco, sobre todo a partir de mi primer viaje a Bulgaria en 2014, fui avanzando muy rápido en poco tiempo.
Actualmente tengo un nivel B2 que me permite desenvolverme y hablar
fluidamente, pero todavía tengo muchísimas palabras que aprender,
sobretodo palabras muy abstractas, que son necesarias para poder leer
literatura.
- ¿Cuántas veces has ido a Bulgaria?
En diciembre de 2015 fue mi cuarto viaje, y estuve
de vacaciones una semana en Sofía porque encontré un vuelo muy barato.
Las anteriores tres veces estuve 3 semanas cada una de ellas y fui a
seminarios intensivos de búlgaro para extranjeros: dos de ellos en
Veliko Tárnovo en los últimos dos veranos y otro en Sofía en Marzo del
año pasado.
- ¿Cuál es tu lugar favorito de Bulgaria?
Veliko Tárnovo es una de las ciudades más bonitas que he visto nunca, es mi lugar preferido de Bulgaria: una ciudad tranquila, con un casco histórico empedrado, repleto de casas de madera, y elevada sobre el río Yantra, inmersa en la naturaleza.
- ¿Cuál es la mayor diferencia entre Bulgaria y España?
El carácter de la gente, es a primera vista la mayor
diferencia, aunque esa diferencia es también entre España y cualquier
país eslavo, creo. Los eslavos son, en un primer momento, más cerrados
que los españoles. En España, normalmente, cualquier persona desconocida
va a ser simpática, va a sonreír, y esto en los países eslavos no suele
ocurrir. No quiero decir que sea malo, pues la simpatía puede
transmitirse de varias formas, pero es algo diferente que me chocó
mucho.
Otra gran diferencia es el clima durante el invierno, la nieve o la ausencia de sol durante los largos meses del invierno.
- ¿Qué es lo que más te gusta de Bulgaria?
El mar, su costa, los contrastes entre una Bulgaria post-soviética
con edificios grises de hormigón y una nueva Bulgaria que muy
lentamente se va regenerando al paso de sus coloridos tranvías… Y por
supuesto la naturaleza, el verde.
- ¿Cómo imaginas tu futuro? Aprendiendo más idiomas, trabajando fuera de España…?
Me gustaría poder dedicarme a algo
relacionado con el búlgaro en España (la
traducción literaria y/o jurídica) y tener un trabajo que me permita
viajar frecuentemente a Bulgaria. Ahora mismo me veo viviendo en España,
concretamente en algún lugar de Andalucía, porque me encanta el sol y
el buen tiempo (y de eso en Bulgaria solo hay durante el verano). Pero
soy realista y cuando veo que la tasa de paro en Cádiz roza el 50% y en
Granada el 30% pierdo cualquier esperanza. En cualquier caso, mi
objetivo es trabajar con el búlgaro en España, donde sea, y una vez
haber perfeccionado el búlgaro, retomar el ruso “en serio” o empezar alguna otra lengua eslava.
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