El flamenco, como cualquier expresión artística, puede ser empleada como medio de propaganda política, de difusión, de crítica, de indignación... Aunque el arte es arte por sí mismo, y no necesita tener la etiqueta de revolucionario para serlo, el hecho de que sea empleado como instrumento de conciencia, le añade un valor mayor, ya que, no solo no pierde calidad artística, sino que, por fín, ¡aporta algo!, en el sentido utilitario, aunque ese algo sea aquello que precisamente pretende cambiar las bases de esta sociedad utilitaria. El arte pasa de ser arte sin otro fin que generar placer para el receptor, a ser algo que ayuda a remover conciencias, a pensar, a reírse, a filosofar, a cuestionar, y por qué no, a sentar las bases de la inevitable futura revolución.
El grupo Flo6x8 utiliza el flamenco como medio de protesta en performances y actuaciones repentinas en sucursales de bancos e incluso en el mismísimo parlamento de Andalucía...
BBVA:
BANKIA:
PARLAMENTO ANDALUZ:
Otra representación es la que hacen estas bailaoras... Bailar sobre la tumba del general franquista Queipo de Llano:
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