La teoría queer incluye una serie de hipótesis sobre el género y la identidad sexual que niega la existencia de los binomios hombre/mujer, masculino/femenino, homosexual/heterosexual, y dando lugar a una multitud de identidades y vivencias personales en cuanto a la sexualidad.
Las teorías queer no afirman que todos seamos bisexuales por naturaleza; lo que dice es que estamos encasillados desde que nacemos en binomios que niegan otra posibilidad: al nacer lo primero que se comprueba es lo que tenemos entre las piernas; a partir de ahí, todo se decanta por el rosa o por el azul, por las muñecas o por los cochecitos, por la posición de poder o de sumisión, y por supuesto, de la heterosexualidad, la cual es impuesta socialmente a todas las personas.
Afirma, pues, que reducir la identidad a "me gustan los hombres" o "me gustan las mujeres", es algo completamente arcaizante. Así como pretender encasillarnos de por vida en algo que intente definir una expresión tan compleja como lo es la sexualidad.
Sin embargo, el orígen del movimiento queer está precisamente en la reivindicación de la diferencia, y por tanto, de la clasificación en la etiqueta de "queer" (maricón, bollera), como método de lucha política contra la discriminación existente en los EEUU de los ochenta. Frente al insulto contra esta comunidad, éstos responden autoafirmándose mediante el propio insulto:
"eres un maricón asqueroso"
"sí, soy maricón, ¿y qué pasa?"
Pero el movimiento queer también reacciona contra la actitud política de su propio colectivo: los homosexuales poco a poco iban dejando la lucha cuando veían que iban consiguiendo ciertos progresos pero que no cuestionaban la raíz del problema, como el matrimonio y adopciones más tarde, y cierto apoyo de la sociedad antes. Los activistas queers ven cómo muchos de sus antiguos compañeros se limitaban a ser uno más: comprarse un coche, poder tener un buen puesto de trabajo y vivir cómodamente, sin cuestionar los roles de género, el concepto de matrimonio, el capitalismo, el encasillamiento sexual...
Aunque siempre ha estado reprimida la homosexualidad por muchos motivos (entre ellos el que los homosexuales no tienen hijos y no generan, por tanto, nuevos y futuros trabajadores) ésta acaba siendo aceptada, acogida y defendida por el sistema capitalista cuando este se percata de que ahí hay negocio, capacidad de un nuevo mercado (el propio orgullo gay comercializado de la actualidad que tanto dinero genera): hay un nuevo público, con nuevos gustos, y por tanto, un mercado virgen para explotar.
Los términos homosexual y heterosexual aparece a finales del siglo XIX, creados por Kertbeny. Él continua lo que ya intentó Karl Henrich Ulrichs pocos años atrás: encasillar las distintas prácticas sexuales. En la edad media se hablaba de sodomía cuando hoy hablamos de homosexuales: estamos ante un paso de, simplemente, definir un acto sexual, a encasillar a una persona. De ser un potencial "sodomita", a serlo íntegramente, a que su esencia se reduzca a su sexualidad, a lo que hace o deja de hacer con su cuerpo. Esto, según estos autores y activistas, ayuda a favorecer el control social.
Los términos homosexual y heterosexual no son inocentes: responden a una necesidad de control, y a la vez, pueden causar una rebelión: ahora, los sodomitas, ya encasillados en un grupo, pueden decidir, junto con sus amigas las tortilleras, unirse y luchar contra el heteropatriarcado.
Respecto a la homosexualidad "impuesta", podemos explicarlo con un ejemplo: un adolescente le cuenta a sus padres que cree que "es" gay porque le gusta un chico de su clase. Independientemente de que sus padres lo acepten o no, la cuestión es otra: su hijo ES homosexual, no es que le guste una persona que socialmente ha sido definido como chico debido a sus genitales y al género que se le ha asignado de acuerdo a ellos, sino que a partir de ahora, está destinado a que SÓLO le gusten los chicos.
En definitiva, el movimiento queer renace contra los homosexuales acomodados que no cuestionaban otras cuestiones tales como el género, el racismo y la miseria a la que estaba expuesta la clase obrera, y ante una sociedad que parecía avanzar al permitir a los homosexuales "ser como los demás", y que no veía cómo esa sociedad a la que representaban y donde querían incluir a los homosexuales (adinerados, hombres y blancos, por supuesto) no estaba exenta de problemas sociales y económicos.
Judith Butler
Sin duda alguna, los queers hacen una teoría interseccional: entremezclan la cuestión del género y la sexualidad, junto a cómo la clase social, la raza, (y actualmente se ha incluído, además, la diversidad funcional), determina la aceptación o no de ese género y de esa sexualidad que te "representa".
Aunque dicho movimiento surge y se desarrolla principalmente, sobretodo a nivel teórico, en EEUU, donde tenemos autores muy aceptados en la Academia, como la filósofa post-estructuralista Judith Butler, también surge de forma inevitable en otros lugares, como Francia y España:
-En Francia, el Front homosexuel d'action revolutionnaire, surge del acercamiento entre las feministas lesbianas y los activistas gays, y fue primordial en la lucha gay radical en la Europa de los setenta. Fueron los primeros en reivindicar una reacción contundente y radical contra el Estado burgués y heteropatriarcal, y su labor dentro de la izquierda política era la de visibilizar a dicho movimiento dentro de una corriente que dejaba mucho que desear en cuanto a integración y visibilidad de las mujeres y de los homosexuales. De hecho, una de sus acciones fue irrumpir en un mítin del Partido Comunista Francés tras una declaración homófoba de Jacques Duclos en el que invitaba a los homosexuales a que se fueran a curarse. Sus otras acciones fueron similares: irrumpían en actos contra el derecho al aborto, dificultaron la emisión de un programa de radio en el que iban a hablar negativamente de la homosexualidad, así como en un congreso internacional de sexología.
Finalmente, las mujeres del FHAR romperían y crearían las "Gouines rouges". También se crearían los periódicos Fléau Social y Antinorm.
"Prolétaires de tous les pays, caressez-vous !"
-En España tenemos la Radical Gai de Madrid en los noventa, el Front d'Alliberament Gai de Catalunya, LSD (grupo de lesbianas de Madrid de los noventa), la revista Non Grata, la revista Bollus Vivendi, etc...
Revista "Bollus vivendi",para lesbianas queers en España
La Radical Gai hizo un enorme trabajo sobre el VIH y la exclusión social y sanitaria de los que lo padecían. Además, hacía cantidad de acciones contra actitudes homófobas, entre ellas contra la compañía Iberia, cuando sacaron ofertas de vuelos para parejas, y le negaron la oferta a parejas homosexuales. Lucharon incansablemente por la visibilidad de las sexualidades excluidas, sin llegar a institucionalizarse. La Radical Gai también editaría su propia revista, "De un plumazo".
Las teorías queer no afirman que todos seamos bisexuales por naturaleza; lo que dice es que estamos encasillados desde que nacemos en binomios que niegan otra posibilidad: al nacer lo primero que se comprueba es lo que tenemos entre las piernas; a partir de ahí, todo se decanta por el rosa o por el azul, por las muñecas o por los cochecitos, por la posición de poder o de sumisión, y por supuesto, de la heterosexualidad, la cual es impuesta socialmente a todas las personas.
Afirma, pues, que reducir la identidad a "me gustan los hombres" o "me gustan las mujeres", es algo completamente arcaizante. Así como pretender encasillarnos de por vida en algo que intente definir una expresión tan compleja como lo es la sexualidad.
Sin embargo, el orígen del movimiento queer está precisamente en la reivindicación de la diferencia, y por tanto, de la clasificación en la etiqueta de "queer" (maricón, bollera), como método de lucha política contra la discriminación existente en los EEUU de los ochenta. Frente al insulto contra esta comunidad, éstos responden autoafirmándose mediante el propio insulto:
"eres un maricón asqueroso"
"sí, soy maricón, ¿y qué pasa?"
Pero el movimiento queer también reacciona contra la actitud política de su propio colectivo: los homosexuales poco a poco iban dejando la lucha cuando veían que iban consiguiendo ciertos progresos pero que no cuestionaban la raíz del problema, como el matrimonio y adopciones más tarde, y cierto apoyo de la sociedad antes. Los activistas queers ven cómo muchos de sus antiguos compañeros se limitaban a ser uno más: comprarse un coche, poder tener un buen puesto de trabajo y vivir cómodamente, sin cuestionar los roles de género, el concepto de matrimonio, el capitalismo, el encasillamiento sexual...
Aunque siempre ha estado reprimida la homosexualidad por muchos motivos (entre ellos el que los homosexuales no tienen hijos y no generan, por tanto, nuevos y futuros trabajadores) ésta acaba siendo aceptada, acogida y defendida por el sistema capitalista cuando este se percata de que ahí hay negocio, capacidad de un nuevo mercado (el propio orgullo gay comercializado de la actualidad que tanto dinero genera): hay un nuevo público, con nuevos gustos, y por tanto, un mercado virgen para explotar.
Los términos homosexual y heterosexual aparece a finales del siglo XIX, creados por Kertbeny. Él continua lo que ya intentó Karl Henrich Ulrichs pocos años atrás: encasillar las distintas prácticas sexuales. En la edad media se hablaba de sodomía cuando hoy hablamos de homosexuales: estamos ante un paso de, simplemente, definir un acto sexual, a encasillar a una persona. De ser un potencial "sodomita", a serlo íntegramente, a que su esencia se reduzca a su sexualidad, a lo que hace o deja de hacer con su cuerpo. Esto, según estos autores y activistas, ayuda a favorecer el control social.
Los términos homosexual y heterosexual no son inocentes: responden a una necesidad de control, y a la vez, pueden causar una rebelión: ahora, los sodomitas, ya encasillados en un grupo, pueden decidir, junto con sus amigas las tortilleras, unirse y luchar contra el heteropatriarcado.
Respecto a la homosexualidad "impuesta", podemos explicarlo con un ejemplo: un adolescente le cuenta a sus padres que cree que "es" gay porque le gusta un chico de su clase. Independientemente de que sus padres lo acepten o no, la cuestión es otra: su hijo ES homosexual, no es que le guste una persona que socialmente ha sido definido como chico debido a sus genitales y al género que se le ha asignado de acuerdo a ellos, sino que a partir de ahora, está destinado a que SÓLO le gusten los chicos.
En definitiva, el movimiento queer renace contra los homosexuales acomodados que no cuestionaban otras cuestiones tales como el género, el racismo y la miseria a la que estaba expuesta la clase obrera, y ante una sociedad que parecía avanzar al permitir a los homosexuales "ser como los demás", y que no veía cómo esa sociedad a la que representaban y donde querían incluir a los homosexuales (adinerados, hombres y blancos, por supuesto) no estaba exenta de problemas sociales y económicos.
Judith Butler
Sin duda alguna, los queers hacen una teoría interseccional: entremezclan la cuestión del género y la sexualidad, junto a cómo la clase social, la raza, (y actualmente se ha incluído, además, la diversidad funcional), determina la aceptación o no de ese género y de esa sexualidad que te "representa".
Aunque dicho movimiento surge y se desarrolla principalmente, sobretodo a nivel teórico, en EEUU, donde tenemos autores muy aceptados en la Academia, como la filósofa post-estructuralista Judith Butler, también surge de forma inevitable en otros lugares, como Francia y España:
-En Francia, el Front homosexuel d'action revolutionnaire, surge del acercamiento entre las feministas lesbianas y los activistas gays, y fue primordial en la lucha gay radical en la Europa de los setenta. Fueron los primeros en reivindicar una reacción contundente y radical contra el Estado burgués y heteropatriarcal, y su labor dentro de la izquierda política era la de visibilizar a dicho movimiento dentro de una corriente que dejaba mucho que desear en cuanto a integración y visibilidad de las mujeres y de los homosexuales. De hecho, una de sus acciones fue irrumpir en un mítin del Partido Comunista Francés tras una declaración homófoba de Jacques Duclos en el que invitaba a los homosexuales a que se fueran a curarse. Sus otras acciones fueron similares: irrumpían en actos contra el derecho al aborto, dificultaron la emisión de un programa de radio en el que iban a hablar negativamente de la homosexualidad, así como en un congreso internacional de sexología.
Finalmente, las mujeres del FHAR romperían y crearían las "Gouines rouges". También se crearían los periódicos Fléau Social y Antinorm.
"Prolétaires de tous les pays, caressez-vous !"
-En España tenemos la Radical Gai de Madrid en los noventa, el Front d'Alliberament Gai de Catalunya, LSD (grupo de lesbianas de Madrid de los noventa), la revista Non Grata, la revista Bollus Vivendi, etc...
Revista "Bollus vivendi",para lesbianas queers en España
La Radical Gai hizo un enorme trabajo sobre el VIH y la exclusión social y sanitaria de los que lo padecían. Además, hacía cantidad de acciones contra actitudes homófobas, entre ellas contra la compañía Iberia, cuando sacaron ofertas de vuelos para parejas, y le negaron la oferta a parejas homosexuales. Lucharon incansablemente por la visibilidad de las sexualidades excluidas, sin llegar a institucionalizarse. La Radical Gai también editaría su propia revista, "De un plumazo".
En la actualidad, nos encontramos en Madrid con la Asamblea Transmaricabollo de Sol, la cual surgió en el apogeo del 15-M, con la intención de hacer renacer una lucha queer, por entonces estaba casi desaparecida del panorama, en el plano de la lucha social. En los últimos años se ha realizado un "orgullo indignado", que surge en respuesta al Orgullo Gay oficial, que ellos consideran mercantilizado y capitalista, y que se niega a ver la realidad: los gays y lesbianas que sufren no son los adinerados de chueca; son los gitanos maricas, las bolleras negras a las que practican violaciones "correctivas", los transexuales que tienen que seguir un exhaustivo control médico y psiquiátrico para hormonarse y decidir sobre su cuerpo, el chaval acosado en clase, las prostitutas que ejercen libremente, los intersexuales, los "discapacitados"...
También cabe destacar los círculos post-pornográficos en Bacerlona; Patio Trasero, El Frente de Liberación Sexual del Sur y Pandi Trans en Madrid.
En el plano teórico, hay que destacar las aportaciones de Judith Butler, Moniq Wittig, Teresa de Lauretis, Beatriz Preciado y Paco Vidarte. Éstos dos últimos son españoles, y sus aportaciones a la teoría queer son destacadas a nivel internacional. También hay que añadir que estas teorías son muy influídas por las teorías posmodernas en general, y por Foucault en particular, quien ya comenzó a hablar de la sexualidad en un sentido histórico y crítico.
En conclusión, la teoría queer son una serie de aportaciones críticas a la lucha por la liberación sexual que incluyen en su programa cuestiones interseccionales. A nivel práctico muchas organizaciones y colectivos llevan desde los setenta operando en muchos países, y en particular, las organizaciones destacadas de Francia y España contribuyeron, sin duda alguna, a la visibilización de un colectivo tan discriminado y a la inclusión de otras cuestiones necesarias, olvidadas por los activistas gays más moderados.
También cabe destacar los círculos post-pornográficos en Bacerlona; Patio Trasero, El Frente de Liberación Sexual del Sur y Pandi Trans en Madrid.
En el plano teórico, hay que destacar las aportaciones de Judith Butler, Moniq Wittig, Teresa de Lauretis, Beatriz Preciado y Paco Vidarte. Éstos dos últimos son españoles, y sus aportaciones a la teoría queer son destacadas a nivel internacional. También hay que añadir que estas teorías son muy influídas por las teorías posmodernas en general, y por Foucault en particular, quien ya comenzó a hablar de la sexualidad en un sentido histórico y crítico.
En conclusión, la teoría queer son una serie de aportaciones críticas a la lucha por la liberación sexual que incluyen en su programa cuestiones interseccionales. A nivel práctico muchas organizaciones y colectivos llevan desde los setenta operando en muchos países, y en particular, las organizaciones destacadas de Francia y España contribuyeron, sin duda alguna, a la visibilización de un colectivo tan discriminado y a la inclusión de otras cuestiones necesarias, olvidadas por los activistas gays más moderados.
Autor: Marco Vidal González
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Fuentes:
-"Manifiesto contrasexual", Beatriz Preciado. Anagrama.
-"Testo Yonqui", Beatriz Preciado. Espasa.
-"En un zulo propio", Itziar Ziga.
-"Devenir Perra", Itziar Ziga.
-"Foucault y la teoría queer", Tamsin Spargo
-http://elpais.com/diario/2010/06/13/eps/1276410414_850215.html
-http://www.diarioprogresista.es/eduardo-nabal-mi-pasion-por-el-cine-se-remonta-a-la-38554.htm
-http://madrid.tomalaplaza.net/2011/09/12/orgullo/
-http://es.wikipedia.org/wiki
Fuentes:
-"Manifiesto contrasexual", Beatriz Preciado. Anagrama.
-"Testo Yonqui", Beatriz Preciado. Espasa.
-"En un zulo propio", Itziar Ziga.
-"Devenir Perra", Itziar Ziga.
-"Foucault y la teoría queer", Tamsin Spargo
-http://elpais.com/diario/2010/06/13/eps/1276410414_850215.html
-http://www.diarioprogresista.es/eduardo-nabal-mi-pasion-por-el-cine-se-remonta-a-la-38554.htm
-http://madrid.tomalaplaza.net/2011/09/12/orgullo/
-http://es.wikipedia.org/wiki
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