ENTREVISTA A LA ESCRITORA DOMINICANA FARAH HALLAL
Por Eduardo Nabal
“La pobreza está presente. Pero no es un
misterio. No es una vergüenza que te hace bajar la cabeza. Es un común
denominador que nos hace conscientes de que somos frágiles y de que vivimos en
un país con grandes desigualdades”
Farah Hallal (1975, Salcedo, República
Dominicana). Narradora, poeta, editora, activista cultural, publicista y
animadora a la lectura y escritura.
Ha publicado los poemarios: Sol Infinito obra
galardonada en la VI Feria Científico-cultural organizada por la UNPHU
(1994); Una mujer en caracol (2009, Ediciones Ángeles de
Fierro) y Borrándome (2013, Zéjel Media Group); bajo el sello
Alfaguara Infantil publica Sábado
de ranas (2013), Premio Nacional de Literatura Infanto-Juvenil Aurora
Tavárez Belliard. Su novela infantil Un
adiós para mamá (Ediciones
SM) fue reconocida con el Premio El Barco de Vapor 2013. En 2015 publica el
cuento Las gallinas son
eléctricas (Editora
Nacional), La caja de la esperanza (Ediciones
SM, 2016). Desde 2005, con la salida de la revista infantil Revulú (bajo su dirección), coordina
programas de animación a la lectura y escritura en las aulas dominicanas.
Articulista de opinión de periódico El
Día. Dirige el semanario de caricatura política Fuáquiti.
Decía
Adrienne Rich “La poesía no es un lujo”. Parece que en muchos países de
Latinoamérica es una de las formas más valoradas de expresión literaria. Aquí,
en algunos círculos, se sigue considerando un género elitista. ¿Cómo ves tú la
poesía desde un punto de vista social?
Los países latinoamericanos son parientes
de sangre por un tema de opresión histórica: la hegemonía de las grandes
potencias que siempre vienen tras su riqueza. Y la poesía es un lazo que nos
une por una razón cultural, o como yo le llamo, puramente sentimental: hay un
sentido de pertenencia compartido que se deja sentir en la poesía, el que más
llama la atención -por su carácter social (y no majadero de feminista
caricaturizada)- es el latente llamado de la poesía femenina que sigue
abordando un tema vital: la opresión hacia la mujer por el solo hecho de ser
mujer. Es un tema de impacto social hacia una mayoría, que compone la mujer en AL, no de una minoría
marginada. No digo que sea un tema exclusivo, al contrario, la dimensión que
aborda la poesía de la mujer en Latinoamérica es amplia y sus raíces profundas,
digo que, desde un punto de vista social, la opresión hacia la mujer aflora en
la poesía.
Por otro lado, las redes sociales favorecen un flujo
descomunal entre todos los continentes, pero esa cantidad de información sin
filtro no ayuda a distinguir el arroz de la paja. «Todo el mundo» escribe (y es
bueno porque la escritura «no es un lujo», comparto, es una necesidad), pero no
todo el mundo escribe algo memorable por su calidad literaria.
Has
colaborado en varios recitales contra los feminicidios de Ciudad Juárez ¿Crees
que su significado llega a la gente convencida o tiene un eco internacional
importante? ¿Cómo ves el futuro de los países fronterizos con EEUU ante los
cambios recientes?
La mujer latinoamericana es oprimida desde
varias miradas: por ser pobre, por ser mujer, por ser indígena o negra. Pero la
mujer latinoamericana es un difusor de fronteras: es madre o será madre, en su
mayoría. Y eso la vincula de un modo muy especial hacia sus hermanos, hijos,
esposos.... Como persona sensible y madre embelesada veo a las mujeres como
borradores de fronteras. La poesía se parece a la mujer latinoamericana en que
es un difusor de fronteras y un ente integrador natural, por razones culturales
y no biológicas. Entonces, lo realmente asombroso no es solo el recital que se
programa y une, como difusor de fronteras (haciendo tu problema lejano uno mío
que duele dentro), es mucho más que eso. Es ese movimiento social que se da
entre las escritoras y los escritores de tantos países ANTES de los recitales
de septiembre y PARA QUE OCURRAN los recitales por Ciudad Juárez. Cuando
convocas, cuando les cuentas a los demás de qué se trata, qué está pasando en
Ciudad Juárez, entonces la gente investiga, se conecta, busca similitudes en
sus comunidades, evalúa, se llena de rabia, y esto va moviendo la gente,
llamando la atención, borrando fronteras.
El futuro de los países respecto a Estados Unidos o
cualquier potencia va a depender de quien tenga al lado. Estados Unidos
respecto a México no es lo mismo que hablar de Estados Unidos respecto a Canadá.
No es la frontera, es la pobreza y el dolor que hay del otro lado el gran drama.
Pienso que los «últimos acontecimientos» apuntan a borrar las fronteras y no a
fortalecerlas. Pues las fronteras se van disipando en la medida que hacemos del
problema mío, uno nuestro. Lo que une a la gente ya no es su lugar de
nacimiento, es ese territorio compartido de ideales, principios, motivaciones
que fortalece a la humanidad y se hace visible gracias a los nuevos medios para
transmitir información. Antes, los medios de comunicación secuestraban la
verdad y validaban cualquier atrocidad. Ahora, gracias a la tecnología, todos
los seres humanos podemos ser corresponsales internacionales. Las redes
sociales, los canales disponibles en Internet, los proyectos colaborativos
internacionales -como Wikipedia- que bajaron al conocimiento de su pedestal
elitista y hacen posible que cualquier ser humano se informe o informe, son
también difusores de fronteras. Pueden levantar todos los muros que quieran:
hace rato que no necesitamos movernos de lugar físico, lo que necesitamos es
movernos del lugar mental: y para eso no tenemos que comprar un pasaje aéreo.
Tenemos que informarnos y participar activamente para cambiar nuestro modo de
pensar. Evolucionar en la forma de mirarnos hacia dentro y de mirar hacia
afuera, es lo que determinará que cada pueblo se haga dueño de un destino
justo, democrático, culto y de bienestar colectivo.
Europa ha dejado de ser el ideal
de nada. Parece que en República estáis más acostumbrados a vivir con la
pobreza como compañera de viaje. ¿Cómo combinas personalmente la búsqueda de la
belleza en un entorno sociopolítico que, en muchas ocasiones, muestra una cara
poco amable?
Anoche justamente acompañaba a mi hijo a
ver un episodio de una serie para adolescentes norteamericana que narraba unas
problemáticas superficiales y llamaba mucho mi atención el desperdicio de
comida a lo largo del guión, esa era la gracia, y la cabeza hueca y disparatada
de los jóvenes. Enajenación total. Y de eso hay en todos los rincones. Es parte
de cómo el sistema coloniza a los jóvenes. En Europa también hay de todo. Gente
joven con la cabeza amueblada y gente joven que solo piensan en 'living la vida
loca'. Gente que se esfuerza y gente que piensa que lo merece todo. Ahora bien
no creo que ser pobre en España, hasta hace poco, fuera lo mismo que ser pobre
en América Latina.
En nuestro país no es novedad verte en la necesidad de
vivir con los viejos o los viejos contigo.
Porque acá el Estado te carga todos los impuestos del mundo, pero no te
garantiza los servicios básicos. Trabajo en las comunidades con estudiantes que
van a escuelas públicas en chancletas porque comprarse un solo par de zapatos
en imposible. Trabajo con estudiantes que se pelean por un lápiz porque si los
pierden no saben cuando su familia le podrá comprar otro. Y piensa que un lápiz
sale a diez pesos, que serán como dos centavos de euro. Entonces en el
imaginario español no tengo claro qué creen que es la pobreza. Acá tenemos un
hospital en que piden a los pacientes llevar un botellón de agua purificada
para poder hacerte una cirugía porque en el hospital no hay agua libre de
contaminación. Para nosotros eso es
pobreza. Para España, país que he visitado, te puedo decir que dudo que sepan
que cosa es la pobreza como nosotros la conocemos. Acá tenemos que pagar la luz
muy cara. La comida muy cara con una canasta familiar que supera por mucho el
salario mínimo. La pobreza es espantosa. Otra cosa es qué tienes que hacer para
ganarte el salario. El arraigo de la cultura religiosa ayuda mucho al sistema.
Entre el Dios proveerá y Dios lo quiso así, la gente nace, crece, se reproduce
y muere. Otra cosa que ayuda es que ahora estamos mejor que antes, entonces la
percepción es que hay mejoría, porque antes era peor. Pero no significa que sea
digno, mínimamente digno.
Acá duele también ver cómo la pobreza se
hereda de generación en generación. La pobreza es un pariente en sí mismo.
Para
bien o para mal, la gente crece en nuestros países con mucha carencia material
y mucha riqueza en todos los demás órdenes. La imagen que se transmite en los
medios, por ejemplo, es que es un destino paradisíaco donde la gente vive
bebiendo y teniendo sexo día y noche. Pero acá tenemos comunidades tan pero tan
pobres que viviendo a una hora del mar, hay muchísimos niños, niñas y jóvenes
que no lo conocen. ¿Qué nos salva? La solidaridad. El Estado es el vecino que
te pasa el calmante cuando te duele algo o la vecina que te pasa el plato de
comida cuando sabe que en tu casa no te alcanzó para comer. Es la prima que te
pasa la ropa que no usará. O el primo que te hace la mudanza para que no tengas que pagar un camión de
mudanza. El sentido de compromiso solidario de las personas que a veces no se
conocen -pero se ayudan- fortalece e inspira. Ayuda a vivir con alegría. En
Latinoamérica utilizamos la expresión «la comida no se bota» y «el agua no se niega».
La pobreza está presente. Pero no es un misterio. No es una vergüenza que te
hace bajar la cabeza. Es un común denominador que nos hace conscientes de que
somos frágiles y de que vivimos en un país con grandes desigualdades.
Otra
pregunta que quiero hacerte (y que se que te ha afectado muy directamente) es
el absurdo y la pervivencia de la violencia en el continente. También ha
aumentado en Europa con eso que llaman «crisis» pero supongo que como dicen mis
amigos de Venezuela, en ciertos aspectos, «todos somos supervivientes» en estos
tiempos.
Entender la violencia como un fenómeno que
deriva de la crisis es peligroso. La violencia, como el famoso mini relato de
Monterroso, quizá es como su dinosaurio: que cuando despertó ya estaba allí. Me
late que es al revés la cosa... que esa violencia de guante blanco con la que
la corrupción de la casta gobernante ataca al pueblo, es lo que luego
desencadena el menudeo de la violencia en las calles. Pero esa sangre salpicada
en las esquinas asombra porque mancha, y queda bien en la prensa amarillista,
entonces ves a los señores fumando sus habanos y tomando bebidas costosísimas.
La que no mancha es la violencia de la alta sociedad porque es linda y viste
bien, y entonces tú no imaginas que esa sonrisa preciosa de revista tiene su
origen en un papelito de Panamá.
Una cosa es pasar por una crisis, en la que puedes
desarrollar tu creatividad y habilidad para resolver problemas o hacer nacer en ti una manera de vivir más
solidaria o más humilde. La crisis es subjetiva porque cada quien está viviendo
la crisis de distintos modos. Ahora bien la marginación sí que te cerca.
Heredas la pobreza y no tienes cómo desembarazarte de ella por las buenas,
porque puedes oscilar entre la aguerrida por excelencia o el resentido social. Cuando
toda tu comunidad es marginada, los valores empiezan a parecerte relativos.
Puedes tener mucho dinero por herencia y estar marginada por haber recibido una
crianza en la que te conviertes en un parásito. El dinero no te hace mejor persona,
como la pobreza no te hace un delincuente potencial. El tema es complejo, pero
la idea es esa.
¿Diferencias
entre los tipos de poesía o no te cierras a ningún estilo? ¿Los premios te han
abierto puertas o no siempre?
Creo que un trabajo de calidad es lo que debe abrir
las puertas al reconocimiento. El reconocimiento es peligroso porque la poesía
es un misterio y aprendí que cuando sepa la fórmula para logran un buen poema,
me dedicaré a otra cosa. La escritura es un proceso. Nada me asegura que haber
escrito algo bueno hoy, garantiza que escribiré algo bueno mañana. Pero peor:
que creas que escribiste algo bueno ayer, no garantiza que tengas razón.
Entonces hay temerle tanto a los reconocimientos como al pesimismo. La poesía
es un misterio y antes me frustraba, pero ya tiré la toalla de la resignación: he ahí su maravilla. Nunca escribí con más
pasión que de momentos muy dolorosos de mi vida, eventos que habría deseado no
tener que vivir. De hecho hay quien ha dicho que mi poesía más interesante está
en mis cartas y no en un poemario. A veces quise tirar poemas pensando que no
servían y luego venía quien tenía más formación y cultura que yo, y lo
aplaudía. Por eso no me cierro a ningún estilo, lo que pasa es que de alguna
manera ya voy sintiendo que tengo una voz. No la saco a pasear a la mala, es mi
forma de comunicarme conmigo misma, de lidiar con mis caminos curvos. Luego si
la compartes o no, ya se verá. Comparto poco mi poesía. Soy tímida e insegura.
Entonces si algo es característico de mi poesía es el uso de imágenes. Vengo de
estudiar Arte Gráfico, siento en imágenes, es más fácil expresarme de ese modo.
Está más claro para mí, pero es un misterio para otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario