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domingo, 25 de marzo de 2018

Manifiesto de la Nueva Poesía Social en español y en búlgaro



1. La poesía que hacemos es política en el sentido absolutamente concreto de diferenciar señaladamente al amigo y al enemigo. En el momento de formarnos como grupo de poetas nuestros enemigos claros e innegociables son: a) la literatura lifestyle en todas sus variedades y b) la literatura que parasita la infraestructura universitaria, así como también c) los intentos de híbridos entre los puntos a y b con una perspectiva comercial.

1.1. Bajo el concepto de “literatura lifestyle” entendemos aquel producto controlado por los mecanismos de la oferta y la demanda en los que el autor con mayor o menor grado de conciencia busca responder a necesidades creadas por una “cultura de uno mismo” orientada al consumidor. Con otras palabras, el espejismo de que podemos “hacer” nuestro yo a partir de productos y servicios de consumo. El aspecto autoral en productos creados de tal manera está mediado y reducido por las expectativas cuya satisfacción presupone una renuncia a la autonomía estética, y también frecuentemente a la ética. En este sentido la literatura lifestyle puede considerarse como un equivalente comercial del concepto postmodernista de “la muerte del autor” en la que este tipo de literatura se encuentra y cohabita tímidamente con el “alto” postmodernismo universitario.

1.2. Ambos socios, la literatura lifestyle por una parte y el postmodernismo académico por otra, tienen de qué avergonzarse (tácitamente), tanto el uno del otro como ante los lectores. En una posición más delicada, sin embargo, se encuentra la literatura de inspiración postmodernista, que parasita la infraestructura universitaria. A pesar de la coartada teórica del igualamiento de lo “alto” y lo “bajo”, el socio más elevado de la pareja no puede librarse de los restos de conciencia culpable, especialmente cuando tiene que confiar en los discursos de izquierdas en boga en la academia en Occidente. A fin de cuentas, incluso cuando la retórica es de izquierdas, el socio más teórico acude a las legitimaciones características de la producción literaria lifestyle en un mercado neoliberal: “еl escritor búlgaro más vendido”, “el escritor búlgaro más publicado en el extranjero”, y otros rankings de éxito comercial. Una pregunta a parte es hasta qué punto este éxito realmente es comercial o bien se basa en la, habitual para la sociedad búlgara, adhesión oligárquica de intereses privados y recursos estatales privatizados.

1.3. Bajo “literatura que parasita la infraestructura universitaria”, a pesar del matiz evaluativo del concepto “parasitario”, entendemos ante todo (y no peyorativamente) el hecho sociocultural de la necesidad económica del escritor de depender de salarios de enseñanza (o becas de doctorado) que, a pesar de ser bajos[1], siguen siendo relativamente seguros y 1además no implican una jornada laboral de ocho horas diarias de facto. Si no estás preparado en la práctica para vender tu escritura y a ti mismo como escritor, el trabajo universitario es una elección legítima y digna para el escritor. El aspecto parasitario inaceptable se entromete y se sobrepone cuando la infraestructura universitaria (con libre disposición de espacios, acceso a medios y jurados de concursos literarios en base al rango académico y los títulos y, a fin de cuentas, el reclutamiento de público formado por estudiantes a los que frecuentemente das clase y a los que incluso examinas) se usa para distorsionar el entorno literario competitivo en beneficio de los propios profesores universitarios, los cuales emergen al mismo tiempo como poetas.

1.4. Ahora es el momento de dar la cara a la que posiblemente es la pregunta más importante, que surge ante la definición de lo político como la diferenciación entre amigo y enemigo: ¿por qué necesitamos enemigos? La respuesta es sencilla, puede que incluso atemorizantemente sencilla: la “pacífica transición” de diez años en la literatura desde finales de los años 90 ha convertido la instalación de la distinción amigo/enemigo en un acto vital de reconstrucción de las tensiones productivas del campo literario. La destrucción del sistema político, comenzada por el ex-monarca búlgaro Simeón II[2], convertido en primer ministro, tiene su propio equivalente en el sistema literario: la conversión del potencial radical y político del postmodernismo de los años 90 en un recurso corporativo despolitizado orientado a la carrera, adecuado para un acoplamiento suave con la literatura lifestyle con el objetivo de alcanzar híbridos comercialmente óptimos. Volviendo a la politización radical en el campo literario, nosotros declaramos abiertamente como nuestros enemigos al despolitizado académico-corporativo postmodernista/neovanguardista, a la literatura lifestyle y a sus híbridos comercialmente optimizados.

1.5. En la medida en que vivimos enmarcados dentro de una cultura de la victimización, cultivada por cada uno de los poderes sucesivos, sabemos que el statu quo de la “transición pacífica”[3] en la literatura, la cual declaramos como nuestro enemigo, no va a dejar escapar la oportunidad de denominarse a sí misma como nuestra “víctima”. No va a ser ni la primera ni la última vez que los real y simbólicamente ricos y poderosos adopten la máscara de la víctima. En realidad, toda la cultura de la “transición pacífica”, construida por las viejas élites socialistas, se basa en el bloqueo de cada expresión de la libertad, usando el miedo a que haya “víctimas” como trampa. Nosotros somos conscientes de que mienten, y de que defendiendo los privilegios y luchando por ellos adoptan la máscara de la víctima. Nosotros afirmamos que tras la máscara de la “víctima” se esconde el statu quo de la “transición pacífica” en la literatura: la promiscuidad grupal de la literatura lifestyle y de la academia, que es nuestro enemigo.

2. La nueva poesía social, cuyo nacimiento declaramos en este manifiesto, es ante todo una poesía de la figura rehabilitada del autor, rehabilitada tras el total consumo académico-lifestyle de su “muerte”. La arrogante comercialización de este concepto de Roland Barthes es de facto la firma de su propia condena de muerte. Los híbridos comercialmente optimizados entre la literatura lifestyle y el “alto” postmodernismo académico prácticamente mataron y sepultaron irreversiblemente el potencial revolucionario-anarquista de la idea de la “muerte del autor”. En esta situación nosotros declaramos la resurrección del autor como garantía última de la posibilidad de actos éticos, esto es, la libertad. La película gira ante nuestros ojos, película en la que el pataleo teórico del autor, en la zanja del campo literario, era una coartada para el posicionamiento de sus productos en el puestecito[4] del poder bajo la forma de medios, jurados, subsidios, traducciones, condecoraciones estatales… Este tipo de autor realmente está muerto y ya apesta. ¡Que viva el autor como última garantía de la libertad!

2.1. La rehabilitación de la figura del autor como sujeto que puede hacerse responsable en un plano ético apunta al corazón de las tinieblas del régimen de la transición pacífica: no hay ninguna verdad, ergo actuamos, “trabajamos” por nuestra carrera literaria y académica. La historia literaria se escribe por nosotros mismos, mientras hacemos literatura, jugando el partido y, al mismo tiempo, pitando los penaltis. Si en los años 90 la relativización del concepto de verdad estaba en modo juego, socavando las “verdades” dogmáticas de la ideología del régimen antiguo, durante el 2010[5] este relativismo lifestyle-académico adquirió dimensiones político-reales y económico-reales de la privatización corporativa del recurso literario público. En esta situación nosotros nos declaramos a favor de una literatura de la verdad, que es el término genérico de nuestra percepción de una nueva poesía social. Los fundadores del juego lo liquidaron por sí mismos, con su verdad de apparátchiks académicos y de iconos lifestyle. La nueva poesía social como literatura de la verdad es nuestra voluntad de devolver a la literatura la libertad de los juegos apparátchik académicos y de la melancolía/diversión comercial hasta la muerte.

2.2. La poesía de los años 90, en sus máximos logros relacionados con los nombres de Ani Ilkov y Zlatomir Zlatanov[6], nunca ha rechazado la estética de lo sublime como una transmisión entre lo literario y lo político en el contexto del inacabado proyecto de la modernidad. El postmodernismo académico, que se refiere a estos poetas como sus maestros, sobre todo asimila el juego discursivo y el juego con las jergas postestructuralistas, desechando su potente estética de lo sublime, cuyo último empeño existencial es lo político. Sintomática es la deriva que va aumentando con el progreso de la “transición pacífica” en 2010, desde la tibieza hacia la estética de lo sublime hasta el abrazo abiertamente comercial de la estética de lo bello. Con el híbrido más exitoso entre el postmodernismo académico y la literatura lifestyle la estética de lo bello se transforma en una condición comercial sine qua non, ofreciendo recetas político-reales como “el manifestante es bello”[7], directamente introducidas en la campaña publicitaria del Ministerio del Interior contra las protestas del verano de 2013. La nueva poesía social cuenta categórica y contundentemente con la estética de lo sublime como un medio para devolver a la literatura y la sociedad la radicalidad política, desmoralizadas éstas por la estetización de lo político en los límites de la hibridación comercial del postmodernismo académico y de la literatura lifestyle.

2.3. La estética de lo sublime es un lugarteniente secular de la teología en un contexto socio-histórico (informático-tecnológico, biotecnológico, etc.) del retiro de la trascendencia y de la irrevocable diferenciación de las esferas de valores dentro de los límites de la civilización occidental. La libertad que queremos devolver a la literatura es inconcebible sin la insistencia inflexible en la autonomía de lo poético en relación a las ideologías del mercado, el estado y la ciencia. Pero esta autonomía no es suficiente para la realización de las condiciones que buscamos para la posibilidad de la libertad. Tanto la rehabilitación del autor como sujeto ético como la concepción de la literatura de la verdad son inconcebibles sin fundamentos trascendentes. Vimos con nuestros propios ojos, envejeciendo, hacia dónde conduce la suspensión lúdica del sujeto y de la verdad, cuyo fundamento final puede ser únicamente trascendente: directamente en el cobro del juego en la academia y en el comercio. Sin sujeto ético (sujeto a la responsabilidad) ni verdad, cuyos últimos fundamentos son trascendentales, no hay justicia social. Sin rabia de justicia no hay poesía.

09.09.2016, Sofía
 

Traducción del búlgaro al español por Marco Vidal González


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[1] El salario medio neto de los catedráticos universitarios en Bulgaria es de 750 euros.

[2] Simeón II de Bulgaria es hijo de Borís III, el último zar de Bulgaria. Aprovechó su carisma para acabar con el eje izquierda-derecha en el panorama político búlgaro. Causante de la instauración de un modelo político-económico oligárquico, apolítico y populista.

[3]“Transición pacífica” es el término con el que se denomina al cambio de régimen con la caída de la República Popular de Bulgaria. Es un concepto propio de la vieja élite “comunista” que bloquea la revolución social real y se cimenta en el poder de la vieja nomenclatura transformada en clase capitalista.

[4] Una cadena de quioscos de prensa y tabaco que es propiedad del oligarca Delyan Peevski, protegido por los gobiernos nominalmente de derechas del populista Boyko Borisov.

[5] La destrucción del eje político izquierda-derecha, comenzada por Simeón II, fue finalizada por el régimen oligárquico personalista de Boyko Borisov en la década de 2010. En el campo literario su equivalente es el icono lifestyle y el “escritor nacional” Georgi Gospodinov.

[6] Poetas de los años 80 que influenciaron decisivamente en los años 90, rechazando la cooperación con la “transición pacífica” y que fueron silenciados por el establishment literario del postmodernismo académico de la década del 2010.

[7] Eslogan usado por el escritor lifestyle Georgi Gospodinov, el cual fue adoptado de inmediato por las fuerzas de seguridad como válvula de escape.

 
Манифест на Новата социална поезия

1. Поезията, която правим, е политическа в пределно конкретния смисъл на недвусмислено разграничаваща между приятел и враг. В момента на формирането ни като група поети наши отчетливи и не подлежащи на предоговаряне врагове са: а) лайфстайл литературата във всичките ѝ разновидности и б) литературата, паразитираща върху университетска инфраструктура, както и в) комерсиално ориентираните опити за хибридни кръвосмешения между подточки а и б.

1.1. Под „лайфстайл литература“ разбираме контролиран от механизмите на търсенето и предлагането продукт, в който авторът с по-голяма или по-малка степен на съзнателност търси да отговори на потребности, създавани от една потребителски ориентирана „култура на себе си“, с други думи пустинния мираж, че можем да „направим“ своето аз от потребителски продукти и услуги. Авторският момент при така създаваните продукти е опосреден и редуциран от очаквания, чието задоволяване предполага отказ от естетическата – а често и от етическата – автономност на произвеждащия субект. В този смисъл лайфстайл литературата може да се разглежда като комерсиален еквивалент на постмодерната концепция за „смъртта на автора“, в която този тип литература се засреща и срамежливо коабитира с „високия“ (университетски) постмодернизъм.

1.2. И двамата партньори – лайфстайл литературата, от една страна, и академичният постмодернизъм, от друга – има от какво (негласно) да се срамуват както един пред друг, така и пред читателите. В по-деликатна позиция обаче е постмодернистки вдъхновената литература, паразитираща върху университетска инфраструктура. Въпреки теоретичното алиби за изравняване на „високо“ и „ниско“, по-високият партньор в двойката не може да се освободи от остатъци гузна съвест, особено когато се налага да разчита на актуалните в западната академия леви дискурси. В крайна сметка – дори когато реториката е лява – по-теоретично настроеният партньор прибягва всъщност до характерни за оценката на лайфстайлната продукция неолиберални пазарни легитимации: „най-продавания български писател“, „най-издавания в чужбина български писател“ и т.п. ранглисти на комерсиалния успех. Отделен въпрос е доколко този успех реално е комерсиален или се базира върху обичайното за българското общество като цяло олигархическо срастване на частни интереси и приватизиран държавен ресурс.

1.3. Под „литература, паразитираща върху университетска инфраструктура“ разбираме, въпреки оценъчния оттенък на определението „паразитираща“, преди всичко (и непейоративно) социокултурната даденост на икономическата необходимост пред пишещия да разчита на макар и ниски, но все пак относително сигурни постъпления под формата на преподавателска заплата (или докторантска стипендия), която да не предполага ежедневен де факто 8-часов работен ден. Ако не си готов на практика да продаваш писането си и себе си като пишещ човек, университетската работа представлява легитимен и достоен избор за пишещия човек. Неприемливо паразитният момент се намесва и наслагва, когато университетската инфраструктура (безплатно разполагане с помещения, достъп до медии и конкурсни журита посредством академичния ценз и титли, в крайна сметка рекрутирането на публика от студенти, на които често преподаваш и дори предстои да изпитваш) се използва за изкривяване на конкурентната литературна среда в полза на университетски преподаватели, изявяващи се същевременно като поети.

1.4. Сега е моментът да се изправим пред вероятно най-важния въпрос, който възниква при дефинирането на политическото като разграничаване между приятел и враг. Въпросът за 1 милион долара: защо са ни врагове? Отговорът е прост, може би стряскащо прост: десетилетният мирен преход в литературата след края на 90-те превърна прокарването на дистинкции „приятел-враг“ в жизненоважен акт по реконструирането на продуктивните напрежения на литературното поле. Разграждането на политическата система, започнато от Симеон ІІ, има своя точен еквивалент в литературната система: превръщането на радикалния политически потенциал на постмодернизма на 90-те в деполитизиран кариерен академично-корпоративен ресурс, удобен за мирно съешаване с лайфстайл литературата с цел постигане на комерсиално оптимални хибриди. Връщайки радикалната политизация в литературното поле, ние открито обявяваме деполитизирания академично-корпоративен постмодернизъм/неоавангард, лайфстайл литературата и техните комерсиално оптимизирани хибриди за наши врагове.

1.5. Доколкото живеем в рамките на една прилежно отглеждана от всяка следваща власт култура на виктимизацията, знаем, че статуквото на мирния преход в литературата, което обявяваме за наш враг, няма да пропусне да обяви себе си за наша „жертва“. Няма да е нито първият, нито последният път, когато реално и символно богатите и властимащите ще надянат маската на жертвата. Всъщност цялата култура на мирния преход, конструирана от старите соцелити, се базира върху блокирането на всяка проява на свобода чрез плашилото, че ще има „жертви“. Ние знаем, че те лъжат, защитавайки привилегии, боейки се за тях, те надяват маската на жертвата. Ние твърдим, че зад маската на „жертвата“ се крие статуквото на мирния преход в литературата, груповият промискуитет на лайфстайла и академизма – нашият враг.

2. Новата социална поезия, чието раждане манифестно обявяваме тук, е преди всичко друго поезия на реабилитираната фигура на автора – реабилитирана след лайфстайлно-академичното изконсумиране на неговата „смърт“. Безочливата комерсиализация на Роланд-Бартовата концепция е де факто подписването на нейната смъртна присъда. Комерсиално оптимизираните хибриди между лайфстайл литература и „висок“ академичен постмодернизъм на практика необратимо убиха и закопаха революционно-анархистичния потенциал на идеята за „смъртта на автора“. В тази ситуация ние обявяваме възкръсването на автора като последен гарант на възможността за етически актове, т.е. свобода. Пред нашите очи се извъртя филмът, в който теоретичното изритване на автора в канавката на литературното поле беше алиби за неговото стоково позициониране в сигналнооранжевата лафка на властта под формата на медии, журита, грантове, преводи, държавни ордени. Този автор наистина е мъртъв и вече вмирисан. Да живее авторът като последен гарант на свободата!
2.1. Реабилитирането на фигурата на автора като субект, който може да бъде държан отговорен в етичен план, е прицелено в сърцето на мрака на режима на мирния преход: истина няма – ergo действаме, „работим“ по литературната си и академична кариера, академичната литературна история се пише от самите нас, които същевременно правим литературата, едновременно играейки мачлето и свирейки дузпите в него. Ако през 90-те релативирането на понятието за истина ставаше в игрови режим, подкопаващ догматичните „истини“ на идеологията на стария режим, през 10-те този академично-лайфстайлен релативизъм придоби реалнополитическите и реалноикономически измерения на корпоративна приватизация на обществен литературен ресурс. В тази ситуация ние се обявяваме за една литература на истината, която е родовото понятие на схващането ни за нова социална поезия. Създателите на играта сами я приключиха в истината си на академични апаратчици и лайфстайл икони. Новата социална поезия като литература на истината е волята ни да върнем на литературата свободата от апаратни академични игри и лайфстайлно комерсиално тъгуване/амюзмент до смърт.

2.2. Поезията на 90-те във върховите си постижения, свързани с имената на Ани Илков и Златомир Златанов, никога не се е отказвала от естетиката на възвишеното като трансмисия между литературното и политическото в условията на незавършения проект на модерността. Академичният постмодернизъм, който се позовава на тези поети като свои учители, реципира от тях преди всичко дискурсивната игра и играта с постструктуралистки жаргони, оставяйки на заден план мощната им естетика на възвишеното, чийто последен екзистенциален залог е политическото. Симптоматичен е дрифтът, засилващ се с напредването на мирния преход през 10-те, от невзетата присърце естетика на възвишеното към все по-открито комерсиалното прегръщане на естетиката на красивото. При най-успешния хибрид между академичен постмодернизъм и лайфстайл литература естетиката на красивото се превръща в комерсиално условие без което не може, предлагащо вече реалнополитически рецепти – „протестиращият човек е красив“ – директно включени в ПР кампанията на МВР срещу протестите през лятото на 2014-а. Новата социална поезия категорично и форсирано залага на естетиката на възвишеното като средство за връщане на политическата радикалност в литературата и обществото, деморализирани от естетизацията на политическото в рамките на комерсиалната хибридизация на академичния постмодернизъм и лайфстайл литературата.

2.3. Естетиката на възвишеното е секуларен застъпник на теологията в ситуация на социалноисторически (информационнотехнологически, биотехнологически и т.н.) оттегляща се трансценденция и фундаментална и неподлежаща на предоговаряне в рамките на западната цивилизация диференциация на ценностните сфери. Свободата, която искаме да върнем на литературата, е немислима без неотстъпчивото удържане на автономията на поетическото спрямо идеологиите на пазара, държавата и науката. Но тази автономия не е достатъчна за реализирането на условията на възможност на свободата, която търсим. Както реабилитацията на автора като етически субект, така и концепцията за литература на истината са немислими без трансцендентни основания. Видяхме със собствените си очи, остарявайки, докъде води игровото суспендиране на субекта и истината, чието последно основание може да е единствено трансцендентно – директно в осребряването на играта в академията и комерса. Без етически (подлежащ на отговорност) субект и истина, чиито последни основания са трансцендентни, няма социална справедливост. Без рейджа на справедливостта няма поезия.


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Poemas de la revista Nueva Poesía Social traducidos al español:


- Dos poemas de Ruzha Velcheva

- Trabajadores VI, de Vladimir Sabourin
- Dos poemas de Ventsislav Arnaoudov
- Un poema de Vanya Valkova

sábado, 15 de noviembre de 2014

Literatura gay rusa... ¿Existe?

Es indudable el desarrollo de la literatura gay en los últimos años. No es de menos recordar algunas de las obras literarias "precursoras" de temática homoerótica en la modernidad, como el relato "Manor" de Karl Heinrich Ulrichs a finales del siglo XIX o el libro "Buen Criollo" de Adolfo Caminha también a finales de dicho siglo. Ulrichs era alemán, y Caminha, brasileño. Sin embargo, ¿qué conocemos de la literatura gay rusa, así, a rasgos muy generales, bien sea de la modernidad o de nuestro siglo?

La editorial Dos Bigotes ha sacado una recopilación de poesía y relato breve de 17 autores actuales de temática gay que, con la palabra, defienden lo que sienten y muestran, mediante una literatura no precisamente política, su rechazo a la Ley Contra la Propaganda Homosexual. Escriben, en consecuencia, desde la trinchera, bien resistiendo en la homófoba Rusia de Putin, mostrando con naturalidad su sexualidad, ateniéndose a las consecuencias que ello pueda acarrear, o bien en el exilio.

Uno de los autores del libro "El armario de acero", que Dos Bigotes acaba de publicar, es Aleksandr Belykh (1964), traductor de poesía al ruso desde el japonés (ha traducido, entre a otros autores, a Yukio Mishima).

A continuación dejamos el siguiente poema de Belykh, que sin tapujo alguno, pone de manifiesto una gran pulsión ¿sexual? ¿o simplemente revolucionaria?


Engel verführt man gar nicht”, de Aleksander Belykh (Александр Белых)

No seduzcas al ángel, amigo mío, si te vas a quedar aquí. 
Solo llévatelo bajo tu techo,
tómalo a la fuerza,
mete tu lengua en su boca,
acarícialo suavemente, mucho tiempo
hasta que se empape,
hasta que se enternezca todo su cuerpo.

Ponlo de cara a la pared,
rómpele la camisa
y atraviésalo con ternura,
atraviésalo hasta el límite, abrázalo fuerte.
Deja que gima, turbado,
y que se estremezca dos veces,
porque si no te golpeará en la cara.

No mires su rostro
cuando lo acometas.
Dile cómo mover las caderas
para que aguantу mejor
tu ritmo endiablado.
Sujétalo, que no se caiga,
que no tenga miedo

mientras esté sobre la tierra,
mientras esté bajo los cielos.
¡No le mires a los ojos
cuando lo poseas!
¡Y no rompas, hombre, no rompas
las alas de un ángel!



Traducción del ruso de Pedro Javier Ruíz Zamora

martes, 2 de septiembre de 2014

Breve Introducción a la Teoría Literaria, Jonathan Culler. Resumen de Marco Vidal González



Si estudias en la UCM alguna filología y en la asignatura Introducción Teórica a los Estudios Literarios tienes a Fernando Ángel, el posmoderno, te hará leerte el libro de Jonathan Culler Breve Introducción a la Teoría Literaria. Es un libro muy interesante si te gusta el tema, pero si no, puede resultar un tostón infumable.

Pero es de los libros de teoría más amenos que he leído, sobretodo las cien primeras páginas... Lás últimas se vuelven un poco más aburridas.

Si por lo que sea tienes que leerte este libro, aquí dejo un resumen y un comentario crítico que escribí como trabajo para la asignatura. El trabajo en sí no tenía nota pero mi nota global fue un 10, así que seguramente esté muy bien.

RESUMEN de la Teoría Literaria de Culler, por Marco Vidal Gonzalez

Jonathan Culler comienza afirmando que la teoría son un puñado de nombres extranjeros: Derrida, Foucault, Lacan, etc... Considera que su efecto más importante es que pone en duda el “sentido común”, e intenta demostrar que éste es una construcción histórica. Entonces se remite a Foucault, quién planteó que el sexo es una idea compleja creada por la confluencia en el siglo XIX de un conglomerado de prácticas sociales, investigaciones, y creada por prácticas discursivas, cuya teoría ha demostrado ser muy interesante para los estudiosos de la literatura ya que trata de sexo, y en ella se construye esa idea. Continúa hablando de la diferencia entre realidad y apariencia. El habla parece ser la manifestación inmediata del pensamiento y la escritura se ha considerado una representación artificial y secundaria del habla. Rousseau se inscribe en esa tradición, considerando la escritura como suplemento al habla. Entonces Derrida interviene y se pregunta qué es un suplemento. Derrida quiere explicarnos qué dicen los textos de Rousseau y Foucault analiza un momento histórico determinado.

Según Culler debemos preuntarnos qué es lo que nos impulsa a tratar algo como literatura. Si se aísla el lenguaje de otros contextos, puede ser interpretado como literatura. Pero si la literatura es lenguaje descontextualizado, es también en sí misma un contexto. Culler considera que hay maneras de manejar el lenguaje que nos indique que es literatura y que cuando sabemos que lo es, le prestamos especial atención. La literatura trae a primer plano el lenguaje, lo integra... Es ficción, y es un objeto estético cuya finalidad es el placer mismo de la creación. La literatura es una construcción intertextual. La teoría reciente afirma que las obras literarias se crean a partir de otras obras. Una interesante reflexión cuestiona si la literatura es un instrumento ideológico o un medio para aleecionar al lector.

Para Culler no hay necesidad de conflicto entre los estudios culturales y los literarios. Los estudios literarios se beneficiarían si la literatura se estudiara como una práctica cultural singular y se pusieran sus obras en relación con discursos de otra clase. Los métodos de análisis en los estudios literarios y culturales generan diferencias, pues los estudios culturales aplicaron el método de análisis literario a los estudios culturales. Los estudios culturales podrían considerarse un estudio interdisciplinario de las prácticas y representaciones culturales.

Más adelante, se pregunta si la literatura es un tipo de lenguaje o un uso especial del mismo. Para Saussure, un lenguaje es un sistema de diferencias. Chomsky, en cambio, defiende que la tarea del lingüista es reconstruir la competencia lingüística de un hablante nativo ideal. Más adelante, el autor se plantea de qué forma se relacionan el lenguaje y el mundo, a lo que da dos respuestas: la idea de sentido común (el lenguaje proporciona nombres a pensamientos que existen) y la hipótesis de Sapir-Whorf (el lenguaje determina lo que podemos pensar). Para Culler el lenguaje que crea sus categorías, y las obras literarias las exploran. Mientras la poética parte de efectos comprobados y se pregunta cómo se logran, la hermenéutica parte de los textos y se pregunta qué significan, queriendo descubrir interpretaciones nuevas.

La retórica distinguía entre “tropos”, que cambian el significado de una palabra, y las otras figuras indirectas, como la aliteración. Sin embargo, la teoría reciente no hace esa distinción. Derrida muestra cómo las explicaciones teóricas de la metáfora reposan sobre metáforas. Uno de los mayores problemas de la teoría de la poesía es establecer la relación entre el poema como estructura compuesta de palabras y el poema como acto. La poesía causa placer, por lo que no es necesario preguntarse qué significa. La base de la poesía está en volver extraño el lenguaje y traerlo a primer término a traves de la estructuración métrica y la repetición de sonidos.

La primera pregunta para la narratología podría ser qué es aquello que nos permite distinguir entre una narración que acaba “como debe ser” y otra que no.

El acto de narrar una historia se convierte en un acontecimiento dentro de la narración, cuyas consecuencias supondrá una cuestión clave. Muchas narraciones persiguen el objetivo de entretener a los lectores. La pregunta que debe hacerse la narratología es, según Culler, si es la narración una fuente de conocimiento o de ilusión.

Austin propuso la diferencia entre los enunciados constatativos, que hacen una afirmación y son verdaderos o falsos y los enunciados realizativos, que realizan la acción que describen (prometo que...), donde el enunciado es ya en sí el acto. Los teóricos afirman que se debe prestar atención a lo que el lenguaje literario hace. Butler concibe el género sexual como un realizativo, ya que no es lo que uno es sino lo que uno hace: el género lo crean nuestros actos.

Culler se plantea si el yo es algo dado o construido, por lo que comenta las explicaciones de las distintas corrientes: El psicoanálisis concibe al sujeto como producto de la intersección de distintos mecanisos. La teoría marxista considera que el sujeto está determinado por su posición en una clase. El feminismo destaca el impacto que desarrollan los papeles del género para hacer al sujeto lo que es. La Queer Theory defiende que el sujeto heterosexual se construye mediante la represión de la posibilidad de la homosexualidad. La teoría se ha inclinado por defender que ser un sujeto es estar siempre sujeto a diversos poderes. Los personajes se resisten o se adaptan a las normas y expectativas sociales. Lacan considera que la identidad es un producto de una serie de identificaciones parciales.

Culler concluye que la teoría no origina soluciones armoniosas, sino la expectativa de pensamiento futuro. La teoría es infinita en cuanto al número y la diversidad de los análisis: es un proyecto de pensamiento en marcha que no se detiene.


COMENTARIO CRÍTICO de la Teoría Literaria de Culler, por Marco Vidal Gonzalez

La teoría está cargada de incensantes reflexiones sobre el ser, la naturaleza, la función, la que debería ser función, el efecto, el potencial efecto, y el que debería ser. La teoría es, como bien destaca Culler, un conglomerado de nombres extranjeros. “¿¡Que no conoces el panarquismo expuesto por Max Nettlau, ni la visión de Volin de la revolución rusa!? ¿Entonces como puedes considerarte anarquista?”, “¿¡Si no has leído a Sedgwick, Lauretis, Butler y Wittig qué haces en esta reunión de super queers?” Sin embargo, podemos considerar que hay mucho pseudoacademicismo dentro de muchos “teóricos”. Con pseudo academicismo podemos referirnos, precisamente, al uso de vocablos impronunciables, efecto de una unión de prefijos y sufijos, así como el empleo de palabras inventadas, copiadas; del uso excesivo de expresiones extranjeras o latinas, de continuas citas a obras que nadie ha leído y a autores que todos deberíamos ya conocer. La teoría, la academia, parece ser un mundo en el que todo aquel “ingenuo” desconocedor de la sagrada verdad de Marx, Russel, Heiddeger o Nietzsche no tiene cabida. Como bien afirma nuestro autor, uno de los problemas de la teoría es que es inabarcable y que no tiene fin, y por tanto, estamos expuestos a la pregunta inquisidora de: ¿que no has leido este artículo, a este increíble autor? La teoría está en continua expansión, y es imposible abarcarla toda. Debemos estar cerca a ella en cuanto que es la base de nuestra filosofía, de nuestra moral y política. Lo que debería tenerse en cuenta es cómo hacer la teoría más cercana a aquellos que no tienen ni por asomo la intención de acercarse a ella. Para empezar, quizás una teoría más “pedagógica”, menos “hecha para expertos”, sería viable. Este mismo libro, puede recibir esta crítica: pese a ser una breve introducción, el autor no para de citar autores y escuelas y empleando un lenguaje y vocabulario no muy digerible, que necesita, en muchos casos, del estudio previo de los citados autores. Por otra parte, y desde una posición escéptica, podemos considerar la inutilidad de la teoría, llegando a la cuestión de ¿por qué seguimos estudiando, analizando e intentando descrifrar esos jeroglíficos? Estamos ante la necesidad del hombre de formarse, de luchar por unos propósitos, que están escritos en libros. No podemos pretender hacer la revolución sin tener unas nociones básicas de lo que significa esta palabra para el liberalismo, el marxismo, el anarquismo, y mucho menos si no hemos estudiado, aunque sea de asomo, las revoluciones que han poblado los últimos siglos el planeta. La teoría literaria presenta la paradoja de la inutilidad: ¿para qué sirve estudiar la literatura? ¿para qué buscar la causa del efecto que nos produce una obra cuando está claro que algo nos produce? Sin embargo, desde que el hombre empezó a filosofar, ha visto la necesidad de dar la explicación científica a todo lo que acontece el mundo, y la literatura no es algo que esté aislado; la literatura, como el arte en general, es una vía de escape a la realidad, un espacio en el que desarrollar nuestro más sincero subconsciente, donde contar experiencias vividas, donde recrearlas y darles forma. Necesitamos la competencia narrativa; bien escribiendo, bien escuchando cuentos, bien leyendo. Y no podemos vivir sin ellas. Son parte de nuestro ser, las necesitamos para soñar, para creer, y para luchar. Por tanto, podemos considerar útil, o al menos interesante, su estudio, puesto que no deja de ser el estudio de una de las ramas en las que el ser humano se desenvuelve. Pero dejando de lado la cuestión de si es útil el estudio de la literatura como rama de sabiduría, o de expresión de la misma, un tema incluso más interesante es la utilidad de la literatura por sí misma. ¿Qué fin tiene una obra literaria? ¿crear placer? Y… ¿eso de qué sirve, cuando hay otras muchas formas de diversión? ¿Por qué priorizar la lectura de Pío Baroja o los poemas de Miguel Hernández a la Play Station o Sálvame? Aquí nos encontramos de golpe con la posmodernidad que acontece el mundo: todo, absolutamente todo, vale. Todo tiene cabida. La razón como sistema de pensamiento no es fiable. Los medios de comunicación son terriblemente poderosos; somos ya cyborgs mutantes.

Si queremos convencer a un niño de doce años a que lea en vez de jugar a la consola, vemos peligrar nuestros argumentos. Leer puede resultar divertido, pero dicha función también la cumplen los juegos. Leer facilita la comprensión lectora; ¡y jugar nos hace hábiles visualmente! Desgraciadamente, no hay ningún motivo concreto sólido para animar a alguien a leer: de hecho, el

escritor francés Daniel Pennac lo dice claro en su libro “Como una novela”, en el que el derecho de no leer un libro, está entre los diez derechos del lector. La lectura es un pasatiempo, una forma de crear mundos nuevos, ingresar de lleno en lugares, historias y personajes que nos gustaría ser; es una vía de escape de nuestro horrible mundo. La lectura es una forma más de diversión dentro de nuestro gran marco de ocio, y tambien, de represión, de obligación: la imposición de largas y aburridas lecturas a niños de 10, 12 y 25 años; de primaria, de bachillerato, y de universidad. Imponer la lectura a modo de imperativo categórico no induce a la lectura, sino a odiarla.

Volviendo a la teoría literaria, esta es uno de los muchos estudios económicamente improductivos para el capitalismo: como tal, no genera ningún beneficio. Y esto es un factor determinante que, junto con el entretenimiento colectivo inducido a priori que los medios de comunicación ejercen sobre la sociedad, hacen ver a la literatura, y al estudio de ésta, como algo inútil, innecesario, prescindible; en definitiva, improductivo.

El postestructuralismo viene el estructuralismo y la hermenéutica. Ésta última interpreta los textos y los lee desde la nada. Con el estructuralismo se busca “lo fundamental”, “lo primero”. Saussure afirma que en la lengua no hay nada principal, y que todo es estructural. Por ejemplo, para Strauss la escultura es estructura. El postestructuralismo desmenuza la estructura. Considera que lo natural no es original. Se tienen que dar las condiciones sociales para que el estado natural del hombre pueda desarrollarse. Considera que no hay una naturaleza original. La red se sostiene por “estar” hecha. No tiene fundamentos: las justificaciones son los demás modos. Foucault ha sido considerado el gran posmoderno y postestructuralista, aunque él negara dichas etiquetas. Sin duda alguna fue un filósofo brillente que comenzó a investigar las relaciones de poder y la legitimización de las prácticas sexuales, así como la historia de la sexualidad, de su represión, de sus manifestaciones, prácticas, etc... La burguesía industrial del siglo XIX comenzó a darle un gran valor a la familia tradicional como pilar de una sociedad estable. Dentro de la familia tradicional, la reproducción era esencial para producir nueva potencial mano de obra. Karl-Maria Kertbeny en 1869 creó el término homosexual para clasificar a personas del mismo sexo biológico que sienten atracción sexual entre ellas, y tuvo muy buena acogida entre la comunidad científica. No obstante, años atrás, el abogado y primer activista gay moderno Karl Heinrich Ulrichs intentó hacer una descripción de las distintas sexualidades (Urning, Dioning, Uranodioning...). Entonces, el moderno término de Kertbeny es empleado por los discursos médico-jurídicos y por la propia burguesía para clasificar a las personas y convertirlas en “algo distinto”, de “otra especie”, pues es mucho más fácil controlar y reprimir (cuando sea necesario, pues en la Posmodernidad actual, los dildos son instrumentos de placer y son meras representaciones de aquellos aparatos que en el siglo XIX el médico John Harvey Kellogg empleaba contra las mujeres que sufrían de histeria) cuando sea necesario. La clasificación favorece al opresor porque tiene mejor controlado a los oprimidos, pero también les favorece a éstos últimos, pues, al ponerle una careta, una identificación que le diferencia, le margina del resto, y pueden rebelarse como grupo oprimido: antes se castigaban actos sexuales concretos (sexo anal, postura sexual del jinete, etc...), pero a partir de ese momento, uno no hace “algo malo”, sino que “es malo”; no practica la sodomía, sino que es homosexual. No practica la postura del jinete, sino que es jineteador. Este “ser” malo deviene intrínseco en la condición de esa persona, es su máxima expresión, una característica más, que se trata de defecto. La teoría queer, gran influenciada del postestructuralismo, la posmodernidad, y como no, de los estudios de Foucault sobre la sexualidad, cuestiona la supuesta verdad escondida tras conceptos tan naturalizados como sexo, orientación sexual y por supuesto, el género. La clasificación social de acuerdo a estos patrones facilita el control político. Se es mujer, heterosexual, femenina, o se es hombre, heterosexual, masculino; el régimen moral heteropatriarcal no admite otra posibilidad, otra realidad. Butler está bastante acertada cuando afirma que “El género es una copia sin original”. Es, pues, un realizativo: un acto repetitivo, que se describe por sí mismo, y que simplemente, ES.

Como antes se ha mencionado, la literatura, a la vez de ser un obstáculo para el sistema, es también, un mecanismo; libros como los publicados por Belén Estéban y Jorge Javier Vázquez encuadran perfectamente en la clasificación que hace Chomsky de los medios de comunicación como capitalizadores de la atención de la sociedad; y sin embargo no son programas de cotilleo, sino libros, y además, con miles y miles de ejemplares vendidos. La literatura subversiva tiene también el problema del oligopolio de las grandes editoriales. Las editoriales emplean su subjetividad para decidir qué es digno de leerse y comercializarse, y por supuesto, con la ayuda de los mecanismos de opresión del Estado (por ejemplo, el libro “La insurrección que viene”, fue publicado y más tarde censurado en Francia y detenido su supuesto escritor).

En conclusión, podemos afirmar que la literatura no tiene valor por sí misma, y por tanto, muchísimo menos su estudio; sin embargo no por eso debemos hacer apología antilectora. Como ya se ha mencionado, es el vehículo de la cultura, del saber, y debe estar a entera disposición de todo aquél que quiera conocer nuestro pasado, nuestro presente, y que, por qué no, quiera escribir nuestro futuro como sociedad que cada día que pasa, demuestra estar más cerca del abismo.

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jueves, 6 de febrero de 2014

Examen de Estudios Literarios UCM

  Examen de Introducción Teórica a los Estudios Literarios de 1º de Lenguas Modernas y sus   Literaturas (UCM), profesor Fernando Ángel Moreno

1. Ante la crítica de Platón contra la literatura, ¿qué crees que le responderían los formalistas rusos? ¿Y los neoclásicos? Razona tus respuestas

2. ¿Dónde buscarías la literariedad en el poema adjunto si fueras un romántico? ¿Y si fueras un teórico de la recepción? Razona tus respuestas.

3. Explica el pensamiento de Viktor Shklovsky: "La memoria de un poeta no se honra solo con incienso, sino con el alegre trabajo de destrucción". ¿Qué opinarían de esta sentencia los estructuralistas?

4. Comenta el siguiente texto:

Cuando me lo contaron sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas,
me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de donde estaba.
Cayó sobre mi espíritu la noche,
en ira y en piedad se anegó el alma,
¡y entonces comprendí por qué se llora!
¡y entonces comprendí por qué se mata!
Pasó la nube de dolor... con pena
logré balbucear breves palabras...
¿Quién me dio la noticia?... Un fiel amigo...
Me hacía un gran favor... Le di las gracias.

Poesía búlgara contra la guerra: Un poema de Román Kissiov (1962) en búlgaro y en español

Roman Kissiov (Kazanlak, 1962) es poeta, artista y traductor de poesía. Se graduó de la Escuela Superior de Arte de su ciudad natal y de la ...